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lunes, 6 de agosto de 2012

Libros a la carta.



De niña, muchas veces me sorprendí alabando algún alimento que meses o incluso semanas antes,  había detestado. Lo mismo me sucede cuando obras anteriormente rechazadas y aún odiadas, regresan a mis manos y logro comprenderlas y asimilarlas desde otra perspectiva, con mayor apertura mental.
No es posible amar y comprender un libro complejo sin exponerse varias veces a él. Este proceso, por tedioso que sea, puede ser enriquecedor.
Con el paso del tiempo y la lectura paciente y dedicada de variedad de literatura, sumado al bagaje de experiencias individuales y académicas, he logrado aprendizajes más profundos. Y esos libros antes completamente ignorados se han convertido en fuentes de saber exquisito.